Cum
Maria contemplemur Christi vultum!
¯¯¯
¡ Oh
Virgen fiel, que fuiste siempre solícita y dispuesta a
recibir, conservar y meditar la Palabra de Dios!:
Haz que
también nosotros, en medio de las dramáticas vicisitudes de la
historia, sepamos mantener siempre intacta nuestra fe
cristiana.
Akáthistos
Himno Litúrgico
Mariano
Dios te salve, María
Plegaria de Consagración a la Santísima
Virgen
25
de marzo al 25 de diciembre
Sabemos que la Santa Virgen es la
Reina del Cielo y de la tierra. Pero Ella es más Madre
que Reina y no se diga que, debido a esas prerrogativas,
eclipsa la gloria de todos los santos, así como el sol al
salir hace desaparecer a las estrellas. Que una madre
disminuya la gloria de sus hijos. ¡Qué cosa más extraña!
Yo pienso todo lo contrario: creo que Ella aumentará el
esplendor de los hijos.
Santa Teresa del Niño Jesús. Últimas
entrevistas: 21.8.1897.
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Oh María,
Aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa
de la vida:
mira, Madre, el número inmenso
de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas
de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia
o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo
como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo
con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo
con solícita constancia, para construir,
junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
.
San Juan
Pablo II, Oración al concluir la Encícilica "Evangelium
Vitae" Solemnidad de la Anunciación del Señor, 25
de marzo de 1995. |
Virgo Fidelis, Virgen Fiel
"...De entre tantos títulos atribuidos a la
Virgen, a lo largo de los siglos, por el amor filial de los
cristianos, hay uno de profundísimo
significado: Virgo
Fidelis, Virgen
fiel. ¿Qué significa esta fidelidad de María?¿Cuáles son
les dimensiones de esa fidelidad?
La primera dimensión se llama
búsqueda. María fue fiel ante
todo cuando, con amor se puso a buscar el sentido profundo del
Designio de Dios en Ella y para el mundo. “ Quomodo fiet?
-¿Cómo sucederá esto? ”, preguntaba Ella al Ángel de la
Anunciación. Ya en el Antiguo Testamento el sentido de esta
búsqueda se traduce en una expresión de rara belleza y
extraordinario contenido espiritual: “ buscar el Rostro del
Señor ”. No habrá fidelidad si no hubiere en la raíz esta
ardiente, paciente y generosa búsqueda; si no se encontrara en
el corazón del hombre una pregunta, para la cual sólo Dios
tiene respuesta, mejor dicho, para la cual sólo Dios es la
respuesta.
La segunda dimensión de la fidelidad se llama
acogida, aceptación. El
“quomodo fiet” se transforma, en los labios de María,
en un “fiat”. Que se haga, estoy pronta, acepto:
éste es el momento crucial de la fidelidad, momento en el cual
el hombre percibe que jamás comprenderá totalmente el cómo;
que hay en el Designio de Dios más zonas de misterio que de
evidencia; que, por más que haga, jamás logrará captarlo todo.
Es entonces cuando el hombre acepta el misterio, le da un
lugar en su corazón así como “ María conservaba todas estas
cosas, meditándolas en su corazón ” Es el momento en el que el
hombre se abandona al misterio, no con la resignación de
alguien que capitula frente a un enigma, a un absurdo, sino
más bien con la disponibilidad de quien se abre para ser
habitado por algo – ¡por Alguien! – más grande que el propio
corazón. Esa aceptación se cumple en definitiva por la fe que
es la adhesión de todo el ser al misterio que se
revela.
Coherencia, es la tercera dimensión de la
fidelidad. Vivir de acuerdo con
lo que se cree. Ajustar la propia vide al objeto de la propia
adhesión. Aceptar incomprensiones, persecuciones antes que
permitir rupturas entre lo que se vive y lo que se cree: esta
es la coherencia. Aquí se encuentra, quizás, el núcleo más
intimo de la fidelidad.
Pero toda fidelidad debe pasar por la prueba más
exigente: la de la duración. Por eso la cuarta dimensión de la fidelidad es la
constancia. Es fácil ser
coherente por un día o algunos días. Difícil e importante es
ser coherente toda la vida. Es fácil ser coherente en la hora
de la exaltación, difícil serlo en la hora de la tribulación.
Y sólo puede llamarse fidelidad una coherencia que dura a lo
largo de toda la vida. El “fiat” de María en la
Anunciación encuentra su plenitud en el “fiat”
silencioso que repite al pie de la cruz. Ser fiel es no
traicionar en les tinieblas lo que se aceptó en
público.
De todas les enseñanzas que la
Virgen da a sus hijos, quizás la más bella e importante es
esta lección de fidelidad..."
(San Juan Pablo II, extracto de la Homilía en la
Catedral de la ciudad
de México, 26 de enero de 1979.)
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